El Síndrome de Asperger (AUTISMO DESDE LA INFANCIA, encuadrado en el Síndrome o Trastorno del Espectro Autista, TEA) tiene condiciones neurobiológicas que se manifiestan de diferentes formas en cada persona.
Aquellos que lo padecen sufren alteraciones en la comunicación, dificultades para la abstracción de conceptos, dificultades para las funciones ejecutivas y de planificación de su trabajo, supone una discapacidad para entender el mundo, en muchas ocasiones con comportamientos inadecuados, con dificultades en el ritmo de la conversación.
Los que realmente padecen este síndrome son sus familiares y amistades más cercanas, ya que les intentan proteger y amparar porque son más vulnerables a riesgos comunes.
El problema en el Juzgado de lo Social y resto de Instancias al efecto de reclamar la discapacidad suele ser habitualmente el siguiente:
Teniendo en cuenta lo anterior;
¿Cómo nos enfrentamos a los procesos de reclamación de discapacidad de Asperger como abogados?
En este tipo de reclamaciones es importante la llevanza del asunto desde la primera petición administrativa, ya que no aportar un documento o no realizar una mención puede suponer una negativa en el reconocimiento de la discapacidad.
Si resulta que ya tiene la negativa de la Administración para el reconocimiento, le han otorgado un porcentaje minúsculo, o se lo han rebajado, aún puede acudir a nosotros para intentar reconducir la situación.
Como abogados especialistas en discapacidad asperger trataremos de demostrar la misma con los informes obrantes para la Seguridad Social y otros de profesionales expertos en la materia. Somos conscientes de que esta petición se caracteriza en muchas ocasiones por su aparente invisibilidad. Por tanto, trataremos de demostrar la afección de la misma en todos los aspectos de la vida.
Los aspectos de carácter social tendrán especial importancia para la valoración de discapacidad de la persona, ya que sin esta visión integral no se puede poner de manifiesto las desventajas en relación con el medio social en el que se desenvuelve y que le impiden actuar en pie de igualdad en la comunidad.
La Administración tiene que reconocer este derecho, y, sin perjuicio del Baremo actual, tenemos muchos casos de éxito. No olvidamos que la afección para cada persona es distinta, por eso debe de confiar en especialistas de la materia que permitan articular de la mejor manera posible la reclamación del derecho que le corresponde.
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